Has venido de muy lejos, y no solo por la distancia. Lo observas todo porque es nuevo para ti, y a través de ti también es nuevo para mi.
En la plaza hay gente de todas partes, con pelos y ropas de todas partes, con actitudes y pensamientos de todas partes. Es como un gran teatro surrealista. Tenemos la sensación de que la gente va disfrazada, y reimos de todo.
Hay un pintor en la calle que dibuja a un niño, sentado. El pequeño está muy serio, porque piensa que es importante. Entonces lo miras y él ve tu alegría. En este momento recuerda que es un niño y sonríe. El pintor va a tener que comenzar otra vez.